domingo, 23 de septiembre de 2012
Mª José
En julio se cumplió mi primer año de trabajo remunerado con personas con discapacidad, ahora tengo por delante otro año más lleno de alegrias y disgustos, de tranquilidad y estres, de sentimientos encontrados, pero miro hacía arriba y ahí está; el primer dibujo que me entregó una de mis niñas (Usuaria o clienta sería lo más políticamente correcto, pero igual que para nuestras madres siempre seremos sus niños, para mi se trata de mis niños de 40) y retomo cada día con la fuerza del primer día.
A pesar de llevar más de 6 años como voluntaria, dedicarme profesionalmente a este trabajo ha tenido su parte de dificultad. Lo primero fue encontrarme con los trastornos de conducta. He intentado buscar una definición para acercaros un poco al término, pero nadie se pone de acuerdo, así que me quedo con la siguiente: patrón de conducta antisocial grave y clínicamente significativo (intenso, frecuente y estable) que se identifica, bien cuando existe un deterioro significativo en las relaciones cotidianas de niños y adolescentes en casa o en la escuela, o bien cuando su comportamiento es considerado incontrolable por familiares, amigos y educadores. Bonita manera de llamar a la agresividad. Son conductas que no imaginas que se puedan producir, que no tienen explicación y a las que mucha gente teme. Oigo una y otra vez a gente admirada ante mi labor incapaces como dicen de hacer lo que hago. Lo único que hago es aprender día tras a día que ni lo malo es tan malo, ni bueno tan bueno y que el daño físico pasa enseguida, que el rencor puede pasar enseguida casi ni existir y lo que nos queda siempre, aunque sea por manipulación de nuestro cerebro, es lo bueno.
Después te encuentras con tus compañeros, esos con los que compartes 8 horas diarias de intensa actividad, que pueden ser tu mayor ayuda o tu peor enemigo, a los que no puedes elegir sólo esperar llevarte bien, pero a los cuales les debo mucho, tanto de unos como de otros me hacen reafirmarme en mi mayor idea, el día que me canse lo dejaré, no arrastraré al resto de personas a mi desanimo, no las trataré mal sólo porque no puedo más.
Y lo más importante mis niños, a los que quieres y odias por igual en distintos momentos, que te hacen entender que puedes tener sentimientos tan encontrados, que te quieren sólo porque te ha tocado a ti estar alli con ellos, de los que aprendo cada día y de los que me siento tremendamente orgullosa. Orgullosa de pequeños cambios de que me pregunten lo que les toca hacer, de que me ayuden, de que se responsabilicen de pequeñas cosas, porque al fin y al cabo son esos pequeños cambios los que dan sentido a mi trabajo.
viernes, 2 de diciembre de 2011
jueves, 1 de diciembre de 2011
¿Qué tienes debajo del sombrero?
¿Qué tienes debajo del sombrero? Es un documental que cuenta la vida de Judith Scott, una escultora norteamericana de 62 años a la que le llega el reconocimiento internacional después de vivir 36 años en una institución psiquiátrica. Judith tiene Síndrome de Down y es sordomuda. Su historia, contada a través de su hermana gemela, Joyce, sin discapacidad, es el detonante de una película que viaja al Creative Growth Art Center en California y descubre a otros personajes que como Judith buscan expresarse a través del arte. '¿Qué tienes debajo del sombrero?' es una reflexión acerca del aislamiento que puede provocar una discapacidad, y de como a través del arte se consigue restaurar la comunicación.
El rodaje de este documental puso en marcha la asociación Debajo del sombrero, tras conocer el modelo del Creative Growth Art Center, formaron un taller compartido donde artistas acompañan y orientan a otros artistas con discapacidad. La Asociación Debajo del Sombrero recoge la suma de diferentes experiencias para una meta común: incorporar a las personas con discapacidad intelectual a la creación contemporánea. Un proyecto pionero en nuestro país, pero que se apoya en experiencias internacionales muy consolidadas. A estas experiencias añaden su propio recorrido aportando su visión y su carácter. Parten de la convicción de que las personas con discapacidad intelectual tienen la posibilidad y el derecho a desarrollarse como artistas cuando cuentan con los apoyos necesarios.
Yo he tenido la posibilidad de vivir personalmente algunas de estas experiencias con los chavales, algo que hace que empieces a ver el mundo de otra manera. En el siguiente link podréis ver algunos vídeos de los proyectos llevados a cabo: http://www.debajodelsombrero.org/videos/videosN.php
miércoles, 30 de noviembre de 2011
Música y Discapacidad
martes, 29 de noviembre de 2011
Tecnología e Inclusión
Vivimos en una sociedad cambiante y plural, con una creciente heterogeneidad estructural en la que nos encontramos con dos opciones:
1. Aprender a vivir interconectados, no sólo referido a la tecnología, si no al uso y gestión que se hace del conocimiento.
No se trata sólo de incluir a los sectores deprivados en el mundo de la tecnología, si no que tienen que participar de ellos. La tecnología debe estar "al servicio de" la participación real, la gestión del entorno y el conocimiento, tener una presencia activa. Debe comunicar, enlazar, etc., pero no sólo como una "prótesis", hay que integrarla para que sea un factor más en la inclusión. Esto supone un cambio radical en:
- Nuevas formas de usar la tecnología
- No todos los usuarios son iguales, hay distintos niveles de uso y todos son valiosos
- Si no se usa la tecnología, no son visibles y por tanto no son visibles.
- La visibilidad no es sólo la que nosotros queramos decir de los excluidos, si no la que ellos mismos digan, escriban, sus propias reflexiones en igualdad de oportunidades.
2. La fractura digital va a ser determinante, no sólo entre diferentes países sino también dentro de una misma sociedad, entre clases sociales, distintas generaciones, etc.
Existen distintos modelos en el aspecto intercultural para intentar paliar dicha fractura digital:
1. Modelo Intercultural: Posibilitar espacios de convinación. En lugar de que culturas diferentes vivan de forma paralela se trata de buscar puntos de encuentro entre culturas.
Este modelo conlleva un marco común que garantice unos conocimientos básicos, obligatorios e imprescindibles para todos, dentro de un marde de diversidad, donde hay que marcar y definir aquello que no será tolerable. Buscando los puntos de encuentro es cuando surgen las competencias básicas en educación, ya que no ponen límites a ésta.
2. Modelo multicultural: Se trata de adecuar el curriculum, las circunstancias, la población, todo a las capacidades, intereses, características, para conseguir el máximo desarrollo. Unir a los que tengan los mismos intereses, hacer curriculum paralelos, sitios diferentes. Consecuencia: habrá un mayor desarrollo pero no hay sociedad, ya que no existen conexiones entre los distintos grupos es decir, viven juntos, pero no conviven. El riesgo que conlleva es buscar el valor de la diferencia.
3. Modelo Monocultural (asimilacionista): Se trata de una visión hegemónica, en la que sólo existe una cultura, y el resto deben adherirse a ésta. A los grupos vulnerables, discapacitados, con posibilidades de riesgo social han sido excluidos de la tecnología, la imagen, la visibilidad, la interacción. Se han entrenado en una serie de habilidades que no siempre coinciden con las que se consideran básicas e imprescindibles.
sábado, 26 de noviembre de 2011
Exclusión Social
Las grandes transformaciones experimentadas por el mundo en que vivimos han conducido también a grandes cambios en los modelos explicativos. Existe un gran número de personas que tratan de explorar la naturaleza de tales cambios, cómo han ocurrido y que implicaciones tienen para aquellos que corren un mayor riesgo de quedar excluidos del empleo, de los beneficios del Estado y de otros derechos civiles.
La mayoría de usos de "exclusión social" comparten la sensación de que ésta se refiere a fenómenos nuevos, pero no hace tanto tiempo cuando las mujeres no podían votar o participar en la vida pública, una discriminación que sigue en muchos sentidos en el presente.
En el texto de Luengo (2005) se hace un análisis crítico sobre los conceptos y modelos de interpretación de la exclusión social, en él muestra que existen muchas formas de concebir la definición de exclusión social, y en cada una de estas se ha definido el "problema" de la exclusión social de una manera diferente con soluciones diferentes. Como dice Silver: "La exclusión parece ser un término muy vago cargado de numerosas connotaciones económicas, sociales, políticas y culturales", identificando tres paradigmas dominantes que reflejan diferentes perspectivas teóricas:
- Paradigma de la solidaridad, pone el énfasis en la cohesión social. La integración se alcanza por asimilación en el seno de la cultura dominante mientras que la exclusión es "inherente a la solidaridad
- Paradigma de la especialización, centrado en la interdependencia de esferas separadas y especializadas. La exclusión se da como resultado de una separación inadecuada de las esperas sociales, por lo que hay una multiplicidad de causas y formas de exclusión social. Se pone el énfasis en la adquisición de habilidades.
- Paradigma del monopolio, se basa en una concepción de encerramiento social. Según este paradigma, la exclusión surge de la interacción del poder de la clase, de estatus y político y sirve a los interese de los incluidos.
Exclusión e inclusión social son dos caras de la misma moneda, inseparables, aunque ello no significa que no debamos reflexionar e intentar impedir la exclusión en la medida de lo posible y a veces de lo imposible. Todo el mundo merece unos mínimos de garantía social y es nuestro deber velar por ellos.
- Luengo, J. (2005): El discurso de la exclusión social: un análisis crítico sobre conceptos y modelos de interpretación. Paradigmas de gobernación y de exclusión social en la educación: fundamentos para el análisis de la discriminación escolar contemporánea. Barcelona, Ediciones Pomares (p.p. 19-42)
- Popkewitz, T. (2006): La escolaridad y la exclusión social. Anales de la educación común. Buenos Aires (p.p. 78-94)
- Silver, H. (1994): Social exclusion and social solidarity: three paradigms. International Labour Review, vol. 133, nu,. 5-6, (p.p. 531-578)