La inclusión social no tendría lugar sin la exclusión social, al igual que no entendemos el bien sin el mal, es por ello que debemos reflexionar acerca del concepto de exclusión.
Las grandes transformaciones experimentadas por el mundo en que vivimos han conducido también a grandes cambios en los modelos explicativos. Existe un gran número de personas que tratan de explorar la naturaleza de tales cambios, cómo han ocurrido y que implicaciones tienen para aquellos que corren un mayor riesgo de quedar excluidos del empleo, de los beneficios del Estado y de otros derechos civiles.
La mayoría de usos de "exclusión social" comparten la sensación de que ésta se refiere a fenómenos nuevos, pero no hace tanto tiempo cuando las mujeres no podían votar o participar en la vida pública, una discriminación que sigue en muchos sentidos en el presente.
En el texto de Luengo (2005) se hace un análisis crítico sobre los conceptos y modelos de interpretación de la exclusión social, en él muestra que existen muchas formas de concebir la definición de exclusión social, y en cada una de estas se ha definido el "problema" de la exclusión social de una manera diferente con soluciones diferentes. Como dice Silver: "La exclusión parece ser un término muy vago cargado de numerosas connotaciones económicas, sociales, políticas y culturales", identificando tres paradigmas dominantes que reflejan diferentes perspectivas teóricas:
- Paradigma de la solidaridad, pone el énfasis en la cohesión social. La integración se alcanza por asimilación en el seno de la cultura dominante mientras que la exclusión es "inherente a la solidaridad
- Paradigma de la especialización, centrado en la interdependencia de esferas separadas y especializadas. La exclusión se da como resultado de una separación inadecuada de las esperas sociales, por lo que hay una multiplicidad de causas y formas de exclusión social. Se pone el énfasis en la adquisición de habilidades.
- Paradigma del monopolio, se basa en una concepción de encerramiento social. Según este paradigma, la exclusión surge de la interacción del poder de la clase, de estatus y político y sirve a los interese de los incluidos.
Exclusión e inclusión social son dos caras de la misma moneda, inseparables, aunque ello no significa que no debamos reflexionar e intentar impedir la exclusión en la medida de lo posible y a veces de lo imposible. Todo el mundo merece unos mínimos de garantía social y es nuestro deber velar por ellos.
Bibliografía
- Luengo, J. (2005): El discurso de la exclusión social: un análisis crítico sobre conceptos y modelos de interpretación. Paradigmas de gobernación y de exclusión social en la educación: fundamentos para el análisis de la discriminación escolar contemporánea. Barcelona, Ediciones Pomares (p.p. 19-42)
- Popkewitz, T. (2006): La escolaridad y la exclusión social. Anales de la educación común. Buenos Aires (p.p. 78-94)
- Silver, H. (1994): Social exclusion and social solidarity: three paradigms. International Labour Review, vol. 133, nu,. 5-6, (p.p. 531-578)
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